Los 3 de Mayo
Con el tiempo yo crecí, solo por decirlo así,
viviendo en contra del tiempo, atado a viejos recuerdos,
un mundo de fantasías
no quiero crecer, ni ser responsable
seguro y estable
Yo quiero juguetes y dulces y buenos tratos
no quiero compromisos ni hacerme cargo
aunque nunca sea así, aunque todo tenga un fin
Crecer - Ataque 77.
En una época de mi vida cada veía que llegado el fin de semana ya sabía que mi destino era el campo, con exactitud el pueblo de Cocachacra pasando Chosica, donde mi abuelo Néstor tenia una casita y una chacra, todo este panorama formaba un ambiente mágico que atrapó a tres niños, tres hermanos que pasaron muchas aventuras y experiencias maravillosas que siempre quedaran grabadas en la memoria de cada uno de nosotros.
Cada vez que llegábamos al pueblo todo se transformaba en una sensación de libertad, el olor de la tierra y el sonido del viento nos esperaban para ser nuestros cómplices de muchas aventuras, algo que me gustaba era escuchar el sonido que hacían mis pequeñas botas cuando bajaba del auto de mi abuelo y pisaba la tierra mezclada con algunas piedritas.
Lo que normalmente hacíamos era bajar nuestras cosas y acomodarlas en la habitación, cada uno en su respectiva cama. Después de esa tarea nos íbamos a pasear por el pueblo y nos perdíamos por las chacras de los alrededores jugando con cualquier cosa que encontrábamos en el camino y así pasaba el tiempo hasta que llegaba la hora de volver a la casa a cenar lo que el abuelo preparaba, que era como un castigo para nosotros por que la cocina nunca fue su fuerte, hacía unos experimentos que siempre le salían mal, pero igual había que comerlos por que si no se enojaba.
Después de ver el cielo lleno de estrellas nos acostábamos y hacíamos los planes para el día siguiente.
Recuerdo que una vez, después de desayunar nos alistábamos para ir a la chacra que quedaba a pocos kilómetros del pueblo y yo le pedía a mi abuelo que me dejara ir caminando con Juan Carlos y Lucero, que yo los iba a cuidar, pero el me dijo solo ve con Juan Carlos y a Lucero la llevo en el auto porque aùn esta muy chiquita, ella nos miro y se encogió de hombros como diciendo bueno no queda otra. Y así Juan y yo comenzamos a caminar rumbo a la chacra, en el camino íbamos jugando y deteniéndonos a investigar cada cosa que nos llamara la atención y recolectábamos algunos recuerdos del camino, nos sentábamos a esperar a que pase algún rebaño de ovejas o vacas, y esperábamos a que pase el tren para recién después de ver todo nuestro espectáculo seguir el camino hacia la chacra, cuando llegamos vimos que Lucero se había quedado dormida y entonces nos pusimos a investigar que novedades habían en el huerto, y grata fue nuestra sorpresa cuando vimos que habían hecho varios huecos, y le preguntamos al abuelo para que eran y nos contesto que iban a sembrar manzanos y nos advirtió que no hiciéramos travesuras, nosotros nos miramos y con una mirada cómplice nos fuimos a jugar, las excavaciones eran grandes y cuando nos metíamos casi nos cubrían por completo, y pactamos comenzar una guerra de terrones que abundaban en cada hueco, todo transcurría normal, estábamos jugando de lo mejor hasta que lanzó un terrón con fuerza y Juan no se agacha a tiempo y le cae de lleno en la cabeza, me asuste pero de los nervios me comencé a reír, el se puso a llorar y toda la gracia se me acabó cuando vi que le caía un par de líneas de sangre por la cara, me estaba acercando a ver como estaba cuando apareció mi abuelo y me detuve, el se dio cuanta de lo que había pasado y cogió un palo y empezó a perseguirme por toda la chacra gritando tantas cosas que ya ni me acuerdo, lo única que se es que si me agarraba me iba a caer una buena, por suerte nunca me agarro y después de un buen rato ya no estaba tan molesto y me pude acercar a ver como estaba mi hermano, felizmente no fue nada grave y al dìa siguiente ya estábamos jugando los tres juntos una vez mas.
La niñez es para muchos la mejor etapa de la vida así como otros es la peor. En este caso me siento agradecido por haber tenido una niñez llena buenos momento con aventuras y experiencias inolvidables. Un niño es lo mas puro que puede existir y se merece que se le trate de la mejor manera, no seamos indiferentes ante el sufrimiento y las alegrías de cada niño, celebremos con ellos cada logro o descubrimiento y seamos un soporte y un amigo cuando la situación lo requiera, no estoy de acuerdo en que se celebren los días especiales porque todos los días son especiales, igual mando un abrazo y los mejores deseos para todos los niños en su día.
Esperemos todos algún día vivir en un mundo mejor; sino tendremos que buscar otro planeta.
LAG
camaleonarti@hotmail.com
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