martes, 11 de agosto de 2009

El Ojo

Los árboles ya no mueren de pie

Una película en blanco y negro realizada en Argentina en el año 1951 tenía como nombre “Los árboles mueren de píe”, en la que su creador Alejando Casona combina la fantasía y la realidad, la risa y la emoción, el drama y la ternura. Aspectos que denotan muy claramente lo que sucede cuando vivimos rodeados de árboles hermosos.
Hace pocos días se realizó la tala de cientos de árboles en el distrito de Chorrillos con el fin de generar mas especio para la construcción del Terminal Sur de Metropolitano. Se dicen muchas cosas, como que “a cambio de este atentado a la naturaleza serán sembrados 3000 árboles para compensar esta pérdida”, o que “la tala responsable es una medida justificada y legal”, o también que “todo recorte de espacios verdes para hacer vías ha sido tomado en cuenta en estudios de impacto ambiental”. Las personas que hacen este tipo de comentarios definitivamente deben tener algún interés de por medio, por que no es muy lógico eliminar los pocos espacios verdes que tenemos para darle paso a más construcciones de cemento que lo único que generan es mas contaminación, y en consecuencia un mayor calentamiento global que es básicamente contra lo que tenemos que combatir.
Un árbol genera oxigeno, y en este caso se eliminará una gran fuente de vida para que puedan circular vehículos de transporte que eliminan el oxigeno. Es algo irónico, pero lamentablemente es lo que esta pasando. A estas alturas debería existir programas a nivel mundial que nos garanticen la conservación de nuestras áreas verdes, porque no sabemos cuanto tiempo más va a soportar este planeta con tanta contaminación.
Es comprensible la necesidad de solucionar los problemas de transporte y caos vehicular, pero sería interesante utilizar más tecnología en los diseños de construcción sin afectar la naturaleza.
Existe una ley que propone que por cada árbol talado se deben sembrar diez, pero en el caso de Chorrillos es un proyecto a largo plazo, porque los árboles no crecen de un día para otro sino en años, y mientras tanto, la ciudad se sigue llenando de gases tóxicos y menos espacios de recreación que es lo que las personas necesitamos para vivir mejor
y disfrutar de mejores ambientes. Esperemos que algún día las autoridades comiencen a preocuparse mas por las personas que por sus proyectos que la mayoría de veces no son tan funcionales como a ellos les parecen.

Federico García Lorca
Bajo tu casta sombra, encina vieja,
quiero sondar la fuente de mi vida
y sacar de los fangos de mi sombra
las esmeraldas líricas.
Echo mis redes sobre el agua turbia
Y las saco vacías,
¡Más abajo del cieno tenebroso
están mis pedrerías!
¡Hunde en mi pecho tus ramajes santos,
Oh solitaria encina!
Y deja en mi sub-alma
tus secretos y tu pasión tranquila.
Esta tristeza juvenil se pasa
¡Ya lo sé! La alegría
otra vez dejará sus guirnaldas.

LAG
camaleonarti@hotmail.com


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