12/07/09
Es hora de tomar conciencia
Cuando era niño e iba al colegio, recuerdo que mis compañeros y yo celebrábamos los feriados o cualquier evento que implique una interrupción a las clases. Esas horas sin ir al colegio las aprovechábamos para reunirnos y jugar fútbol en la mayoría de ocasiones.
Hoy estuve pensando eso al ver a un grupo de niños celebrar el adelanto de las vacaciones debido a la Influenza AH1N1, la cual parece haber rebasado lo previsto.
Es preocupante ver que en nuestro país diariamente son reportados mas de 100 casos, y ya se han registrado cinco muertes.
Luego de analizar la situación uno ya borra la sonrisa de la primera impresión, ya que instantáneamente uno se fija en la familia y al tener hijas pequeñas la sensación de incertidumbre me invade.
Al parecer no estamos aún preparados para enfrentar este tipo de problemas, ya los hospitales se ven rebasados por los casos que día a día se presentan.
Le toca al gobierno ahora asumir un rol protagónico y tratar de prevenir los futuros casos, educar a la población en general sobre las maneras de evitar ser contagiados de esta Influenza.
Anoche vi. en un noticiero que el alcalde de una provincia del norte del país, hace una broma irresponsable, ya que al consultarle los periodistas sobre el uso de las mascarillas y si se tiene la cantidad como para abastecer a la población en general este bromeo diciendo que si se acaban las mascarillas se puede cortar un brasier y obtendríamos dos mascarillas.
Quizás los preocupante es ver que gente como ese regordete alcalde encabeza a los que deben comandar las estrategias para afrontar esta pandemia.
Han pasado ya dos meses desde que se registró el primer caso en el país (14 de mayo) y nuestra respuesta sigue siendo lenta. Al parecer las cortinas de humo nos han desviado de la realidad y por ello no tenemos realmente conciencia de lo que puede suceder si seguimos expuestos.
Debemos seguir algunas indicaciones, si antes no lo hicimos ahora es momento de hacerlo. Entre las principales recomendaciones están:
Usar pañuelos desechables al toser o estornudar.
Cubrirse la boca y al nariz.
Lavarse las manos a menudo con agua y jabón.
Entonces, la pelota esta en nuestra cancha; pensemos sobre todo en los niños. Aquellos niños inocentes que sonríen porque no irán a clases, aquellos que mantienen intacta la ilusión por lo que harán en esta vida.
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