lunes, 4 de mayo de 2009

EL OJO



Era una noche cualquiera, salía del hospital donde soy enfermera auxiliar, trabajo solo medio turno en horario de madrugada.
Después de salir del trabajo normalmente me voy al café que esta a un par de cuadras. Pido algo caliente para beber y enciendo un cigarrillo para disfrutar del momento mientras pienso en dejar de una vez a mi novio, nuestra relación ya no es la misma y creo que el sale con otra. Mientras tomo mi café entre pitada y pitada siento la incomoda mirada de dos sujetos que me observan desde otra mesa, los miro desafiante pero ellos tienen una mirada cagada de odio y mi desafío se ve vulnerado, la verdad es que ahora tengo miedo y siento un fuerte presentimiento de que tendré problemas pero igual aparento estar tranquila, además tengo que seguir el rumbo hasta llegar a mi casa, no se que hacer solo espero que algo se me ocurra. Me acerco al mostrador a pagar mi cuenta y después ubico a la mesera que me atendió, le doy una moneda por haberme atendido de mala gana, se que necesita el dinero.
Salgo del café y comienzo a caminar rápidamente hacia el paradero, son 6 cuadras que me faltan recorrer y la calle esta completamente vacía, enciendo otro cigarrillo para sentirme acompañada pero igual persiste en mi una sensación incomoda, como si alguien me siguiera a escondidas, sigo caminando cada vez más rápido, ya faltan apenas dos cuadras para llegar a la avenida, de pronto un auto se detiene violentamente a mi lado y de el baja un hombre, es uno de los tipos que estaba en la cafetería, corro pero el hombre es más veloz que yo y me alcanza casi de inmediato, me coge por el cuello y siento que la fuerza me abandona, me estoy desvaneciendo.
Cuando reacciono y me despierto estoy en un cuarto oscuro en el que solo ingresa un hilo de luz por una grieta en el techo. Me siento tan mal que no puedo ni hablar; intento recordar lo que paso y las imágenes son muy fuertes como para seguir pensando, me siento completamente ultrajada y lo único que quiero es llegar a mi casa, no se cuando podré salir de este lugar, la sensación es desesperante, me siento tan débil y maltratada solo espero poder salir lo mas pronto posible y llegar a la primera posta, o algún lugar adonde me puedan atender por que lo necesito no estoy bien.

Historias como está son cada vez más comunes. En el Perú aproximadamente a cada hora una mujer es violada, la cifra es impactante. Nuestra sociedad se esta acostumbrando a que los abusos contra las mujeres sean cada vez mas comunes y lo mas grave es que los casos no son denunciados en su gran mayoría, todo queda en el silencio de cada victima, la falta de información y la poca seguridad son factores determinantes ante este tipo de abusos.
La gente ya no confía en las autoridades, es conocido que cuando se hace alguna denuncia en la policía solo queda en los archivos de las comisarías y no se hace nada al respecto.
Esta situación no puede seguir así, depende de nosotros hacer que las cosas comiencen a cambiar, no hay que quedarnos callados, debemos reclamar ante cada abuso que se cometa y hacer que todos sepan quienes son los culpables, que se les conozca en su entorno para que la sociedad este atenta y pueda vigilar a estos seres enfermos que deben ser apartados de la sociedad para que no abusen de los indefensos.
La unión hace que las cosas cambien, no dejemos que todo quede en el olvido.

Luis Artieda
camaleonarti@hotmail.com

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