viernes, 29 de mayo de 2009

Cuarto Aislante

Onomástico
Por la mañana la ciudad estaba cubierta por una persistente niebla, caminaba rumbo a la oficina de tributaciones, me coloco al final de la fila, y de pronto la persona que está adelante, me dice “debes estar feliz en cierta forma estas primero, les debes causar envidia a los demás”, ese comentario solo dibujo una sonrisa en mi rostro. Minutos después esta misma persona me comenta varias cosas, más bien se queja de la forma en que se conduce el gobierno y el destino de todos los compatriotas; se siente una persona anti-sistema y con un pensamiento diferente, que nunca ha ejercido el sufragio dado que no cree en ningún político, así como un empresario independiente.
Mientras van pasando los minutos escucho sobre las miles de cosas que tiene que decir, se que pronto se acabará el discurso, ya que la cola va avanzando; pero me deja bien en claro que sus ideas no son suyas sino que provienen de un libro que llegó a sus manos por delivery, por una módica suma. La hora va pasando, suena el teléfono, es un amigo que me llama para coordinar una entrevista, la cual voy separando para el fin de semana, pues de lo contrario no la podría hacer. Al rato llega un mensaje que dice lo siguiente “que hacías despierto hasta tan tarde, si dejamos de tener sueños la vida no tendrían sentido”, muevo la cabeza en señal de aceptación, es muy cierto.
Camino un poco por las calles, y voy pensando en que está próximo mi onomástico, y en algunas cosas que me han sucedido a lo largo de este tiempo; pues, atrás dejamos esas escenas de chicos en las que se hacía entretenido el hecho de comer gelatina, galletas dulces junto a un mantel de plástico, mientras escuchabas las eternas canciones de Yola Polastri. Sin embargo, el tiempo pasa y en mi reflejo se aprecian algunas canas, el tiempo no pasa en vano; pues muchas cosas no son iguales, ya no pienso como hace años atrás; valoro mas el saludo sincero de un amigo así como sus palabras; el hecho de saber lo lindo que es enamorarse, contemplar los atardeceres que se dan cuando estas lejos de casa, mirar la luna y saber que es una fiel compañera de tus momentos más felices.
Con los audífonos a volumen moderado, escucho una canción que dedique a un amigo del cual hace poco fue cumpleaños, ahora aprecio mejor las letras de las canciones las cuales cobran un significado especial, las cuales van de la mano con un instante de nuestras vidas. Medito sobre en el mensaje de texto del celular y sobre lo lindo que es el perseguir tus sueños; pues suceden muchas cosas buenas como malas, pero te va dejando esa sensación de hacer las cosas más serias, con experiencia.
Así como el hecho de que no deseo vivir o seguir la vida de aquella persona que me encontré en la fila, quejándome de la vida política del país, mientras hablo del anti-sistema cuando acudo a una entidad del gobierno, je, je, je. Sino que deseo encontrar la felicidad en las cosas que hago y digo; y que cuando sean las doce de la medianoche de mi onomástico y trascurra un minuto después, pueda decir que ya se inicio un nuevo día y pensar “ya fue, hoy es otro día”.
Jorge Vertiz
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